lunes, 4 de enero de 2010

BESO, PRUEBA O ACCIÓN

Recuerdo con una sonrisa en los labios cómo los niños jugábamos a beso, prueba o acción en el colegio a la hora del recreo.
Éste, uno de tantos juegos infantiles que hoy, por desgracia, no se conocen. Era divertido e inquietante porque ponía a prueba la capacidad de superación, el instinto y despertaba sensaciones que creíamos sólo pertenecían a los mayores. ¡Qué equivocados estábamos! Los niños de antes besábamos mejor, actuábamos mejor y superábamos mejor las pruebas que los adultos porque estábamos libres de prejuicios y complejos. Nos invadía una curiosidad casi morbosa, me atrevería a decir, y no temíamos perder nada porque a duras penas teníamos algo. Sólo teníamos lo mejor que se puede tener: inocencia y candidez, algo que con el paso de los años vamos dejando. Somos sólo unos pocos, entre los que me incluyo, los que mantenemos estos atributos porque los llevamos de manera innata. Hemos nacido con ellos y nos acompañarán durante el resto de nuestra vida por más que queramos evitarlo. Porque con los tiempos que corren mostrarse tal y como uno es suele tener un precio muy elevado. La gente confunde, malinterpreta y malpiensa. Y, en realidad, las personas inocentes por naturaleza jamás hacemos las cosas a mala fe. Todo lo contrario. Debo precisar que ser inocente no es lo mismo que ser idiota. Dicho esto, sigo opinando que la intención que los demás quieran ver en nuestros actos no es responsabilidad nuestra. Los ojos que miran y el dedo que acusa son el reflejo de la personalidad de quien te juzga. No sé si ha quedado claro.
Esta tarde he quedado con una gran amiga. Ha empezado a llover e íbamos sin paraguas, así que hemos entrado en la primera cafetería que teníamos a mano y nos hemos puesto a recordar cosas de aquellos maravillosos años. Ha sido como volver al pasado aunque en diferente escenario. Las dos jugábamos cuando éramos niñas a este juego, aunque a una la han besado más que a la otra, una de nosotras ha superado y sigue superando más pruebas también que la otra y, lo más sorprendente, es que cuando se trata de pasar a la acción ambas nos hemos tirado de cabeza en situaciones similares. Y es que, en realidad, en eso consiste el juego de la vida: en atreverse y no temerle a nada.
Con la llegada del nuevo año nos hemos fijado unos objetivos comunes. A partir de ahora sólo besaremos a quien se merezca nuestros besos, porque la manera de besar dice mucho de quien te está besando, y los besos si no son auténticos no sirven para nada. Una mujer sabe diferenciar cuando un hombre la besa porque tiene sentimientos o porque la considera un pasatiempo. Las pruebas que tengamos que superar las decidiremos nosotras sin que nadie nos las imponga y sólo pasaremos a la acción cuando la causa lo valga. Así que la tarde ha estado de lo más interesante.
En mi caso, he llegado a casa empapada, con el pelo rizado tras media hora de alisármelo con el secador y la plancha antes de haber quedado y con las pestañas despintadas. Pero ha valido la pena. Me he reído, me he fijado unas metas realistas que pienso cumplir a rajatabla y estoy convencida de que durante el año 2010 el juego de beso, prueba o acción será mucho más gratificante que el de la infancia.

2 comentarios:

  1. Hola Meritxell!, des de luego hay que intentar no perder la inocencia que tuvimos en el pasado,como tu bien dices de niños no teníamos nada y cuando se tiene poca cosa es cuando somos más auténticos, de mayores tenemos miedo a perder e incluso a ganar por eso nos volvemos hipócritas y la hipocresía es la falta total de la inocencia.
    yo el otro día la perdí con el comentario que te hice al desconfiar de ti.
    Referente a los besos diré que los peores son los que se dan por quedar bien cuando sabes que la persona que te los da no le caes bien o le eres indiferente,yo si puedo no los doy.
    Saludos!

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  2. Exacto. A mí me da mucha pena encontrar personas en el camino que desconfían continuamente basándose en sus experiencias anteriores, porque en cierta manera coaccionan tu libertad y no te dejan mostrarte tal y como eres. Por el comentario que me hiciste en la anterior ocasión debo decirte que no me lo tomé a mal, así que no te preocupes. Hiciste bien en advertirme de que andara con cuidado.
    Y en relación al tema que comentamos, es muy triste saber que cuando alguien te besa no lo hace de verdad, sino por interés y entretenimiento. Mi percepción al respecto, como mujer que soy, no puede ser otra. Como dije, ser inocente y buena persona no implica ser idiota, y en estos casos lo más inteligente es no perder el tiempo. Aunque Antonio, debemos reconocer que hay cada mujer suelta... mujeres frívolas e interesadas a patadas. Qué pena.

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