sábado, 30 de enero de 2010

HISTORIAS PARA NO DORMIR

Hace días que no escribo. Muy a mi pesar, no he sido capaz de escribir nada coherente por falta de tiempo y de ganas. Un escritor siempre debe estar en condiciones para escribir sea lo que sea en el momento que se tercie. Eso es lo que algunos piensan, pero no es verdad. La inspiración no llega siempre que la esperas, sino cuando le da la gana, por algo es libre y mágica.
Escribir por escribir es un recurso que muchos utilizamos en un momento dado porque nos sirve como terapia, una especie de liberación para los sentidos y nuestro subconsciente. En realidad, me gustaría escribir muchas cosas y explicar otras tantas. Las noticias de las últimas semanas no nos deja indiferentes a nadie, tanto a nivel social como político. La gota que colma el vaso es la propuesta del Partido Socialista de alargar la edad de jubilación hasta los 67 años. Sin comentarios. No me apetece engrosar la lista de críticas ni de opiniones en contra. Ésta, entre otras muchas, es la consecuencia de la decisión de la mayoría de los españoles que decidieron dar por culo al Partido Popular en las pasadas elecciones. No cabe duda de que soy derechista hasta la médula. Yo no me cambio la camiseta a la primera de cambio. Ni a la segunda. Ni a la tercera.
Todos los españoles que confiaron en el Partido Socialista tienen lo que se merecen. Lo jodido del caso es que los que no estamos de acuerdo con la misma ideología tenemos que pasar por el aro, nos guste o no nos guste.
Unas elecciones anticipadas sería la mejor alternativa para salir del atolladero.
Yo lo tengo clarísimo.

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