lunes, 10 de mayo de 2010

SÓLO NECESITO UN MOMENTO

Ahora que tengo un rato escribo lo que me pasa por la mente.
No sé por qué pero estoy inquieta, como si algo inminente me fuera a suceder. Si es bueno o malo no lo sé porque está visto y comprobado que la vida es una caja de sorpresas de la que no se libra nadie. Aunque, sinceramente, pensándolo mejor espero que lo que vaya a ocurrir me llene de alegría. Hoy es uno de esos días en los que la impaciencia le puede a mi lado racional. Tengo prisa por averiguar qué es lo que va a ocurrir. Tecleo muy deprisa como siempre que estoy nerviosa, no paro de dar vueltas y de mirar mi teléfono a cada instante. No me concentro y eso consigue alterarme aún más. Respiro hondo, cierro los ojos y cuento hasta diez. Ahora los abro y sigo escribiendo con la misma sensación que cuando empecé. Tengo que seguir escribiendo y no en mi blog, precisamente.
Las letras pueden hacerse pesadas y aburridas. Confieso que adoro la literatura pero reconozco que el trabajo de escritor tiene un lado dulce y otro amargo. Cuando lo que tienes que decir no te gusta pero debes decirlo, cuando quieres expresar algo pero no encuentras la manera porque tienes ocupada la mente en otras cosas, cuando el oficio es por encargo y, por consiguiente, poco creativo.
Cojo aire de nuevo y cierro los ojos. Inclino la cabeza hacia los lados, primero hacia la derecha y luego hacia la izquierda. No cruje nada. Las contracturas están controladas. Puedo seguir escribiendo.
" Mi nombre es Meritxell y estoy espesa. Decididamente, me daré un descanso.
Mañana las letras volverán a presentarse radiantes como de costumbre y me inundarán con su elegancia y encanto. Mañana será otro día, mañana..."

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