lunes, 18 de octubre de 2010

UN MOMENTO PARA MÍ


Me paso el día escribiendo, corrigiendo, revisando hasta el último detalle antes de publicar un artículo o documento y cuando llego a casa necesito tener mi momento.
Me tomo un tiempo para mí, aunque esté cansada. Todos los días sigo la misma rutina. Llego a casa, me quito los tacones, saco a pasear al perro -de nuevo con los tacones porque,como diría Cristina, yo antes muerta que sencilla-, regreso de nuevo a casa, me quito la ropa, me desmaquillo, me ducho, me seco el pelo, me tomo una limonada y me fumo un cigarro en la terraza. Miro al cielo y busco las estrellas, me recreo en la luna, pienso en cómo ha ido el día, hago un balance general de toda la semana y sigo hasta retroceder al primer día del mes. Agotador.
A veces me sonrío y otras me resigno. No todos los días son fantásticos, pero como dice el refrán "no llores por no haber visto hoy el sol porque las lágrimas te impedirán ver las estrellas". Hay muchas maneras de llorar, mi abuela decía que había que llorar hacia adentro. Antes no entendía a qué se refería pero ahora lo voy comprendiendo. Mi abuela era una gran mujer, muy inteligente y segura de sí misma, pero fría como un témpano de hielo. Nunca la vi llorar ni expresar sus sentimientos. La recuerdo sentada en la butaca del salón con un libro entre las manos. Lectora voraz e infatigable que decía que el saber no ocupaba lugar.
Eso lo he heredado de ella, aunque si me preguntaran que a qué miembro de la familia me parezco o con quién de ellos me siento identificada mi respuesta sería rotunda: a nadie, no me parezco a nadie. No quiero decir que no me sienta orgullosa de mi familia, en absoluto me refiero a eso, simplemente que mi trayectoria en la vida ha sido muy distinta a la de todos ellos y las experiencias son las que marcan la personalidad y la reafirman. Ésa es mi opinión.
Esto del blog se está convirtiendo en una especie de diario personal. Me sirve porque me relaja, porque aquí puedo escribir lo que me da la gana y no tengo la obligación de darle coherencia a las palabras, aunque lo hago por defecto. No cuento intimidades, jamás lo haría porque pertenece a esa parte de mi vida, de mí misma, que no comparto con nadie, pero debo reconocer que escribir en el blog me gusta.
He empezado diciendo que cuando llego a casa sigo la misma rutina. Hoy me la he saltado. Normalmente, escribo antes de irme a dormir y estas líneas las escribo todavía con el rímel en las pestañas. La luna me ha entretenido más de la cuenta, así que merezco que me conceda un deseo. No necesito pensarlo porque es el mismo de siempre, ella ya lo sabe.

4 comentarios:

  1. hola meri me parece muy lindo lo qeu escribes en verdad la luna tiene raros poderes sobre nosotros y te entiendo cuando dices que no te pareces a nadie en tu familia porque a mi tambien me pasa lo mismo en fin lo que yo sentia era esto "me siento solo estando rodeado de tanta gente y que me quiere" en fin y me parece que es algo asi lo qeu sientes en fin dale adelante con tus escritos que ya tienes a un lector mas un beso hasta luego!!

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  2. Hola,
    exactamente no me refiero a que me sienta sola, sino que busco mi rato de soledad porque lo necesito. Yo creo que la soledad es un estado necesario para reflexionar y encontrarse con uno mismo. Pero entiendo lo que dices y, en según qué situaciones, uno puede sentirse solo aunque esté rodeado de gente. Con los años te vuelves más selectivo y eliges a las personas con las que compartir tus momentos. Es preferible tener dos o tres personas de confianza que rodearse de una multitud que, a fin de cuentas, no te aporta nada.
    Muchas gracias por leer mi blog y por tus palabras.
    Hasta pronto.

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  3. y si la luna no te concede tu deseo es porque te tiene celos, con tu sonrisa no se te puede negar nada por eso pienso que te lo concederá.
    gracias Meritxell por tus palabras y por tu amistad eres una buenisima persona y me alegro un montón de haberte conocido!!

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  4. Jajaja, bonito cumplido pero que sepas que no me lo concede todo. Yo también me alegro de tenerte como amigo y de que seas tan fiel a mi blog.
    Un abrazo.

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