domingo, 23 de octubre de 2011

BENDITA INOCENCIA

Utilizo mi blog para escribir lo que pasa por mi mente. No son cosas importantes, ni grandes escritos. Eso lo dejo para otro momento y sitio. Mi blog me sirve para decir lo primero que me pasa por la cabeza, aunque a veces no tenga sentido. Me funciona. Siento que vivimos en un mundo tan comedido, con tantos prejuicios y miedos, que hablar o escribir sobre cosas triviales, que no le importan a nadie, que no despiertan interés, es un privilegio para uno mismo. Claro que para mí mis cosas tienen un interés infinito, pero sólo para mí. Si luego alguien lee lo que escribo, miel sobre hojuelas. Que saque sus conclusiones, o simplemente que se entretenga.
Ayer pasé una buena tarde en el hospital. Hay un niño con quien tengo un feeling especial. De hecho, no debería ser así, pues todos los niños son iguales y no es bueno encariñarse en exceso por lo que pudiera pasar. Pero lo que pudiera pasar no me lo planteo ni por asomo. Estábamos pintando y de repente se puso muy serio y exclamó:


- Hay una cosa que no me queda muy clara y me gustaría saber...


- A ver... dime... -le sugerí.


Y entonces lo soltó de golpe.


-¿ La cuca tiene que estar hacia arriba o hacia abajo?


¡Madre mía! No estoy acostumbrada a ese tipo de preguntas, así que me entró la risa e intenté disuadirle con el primer argumento que me pasó por la cabeza:


- Eso se lo tendrías que preguntar a un chico, yo no tengo cuca...


- Es que cuando tengo pipí me crece y se sube, pero no siempre, así que no sé cuál es la posición normal -insitió.


- Bueno -le contesté viendo su grado de preocupación- hay momentos en los que la tendrás hacia arriba y otros hacia abajo, depende de las circunstancias, pero eso ya lo sabrás cuando seas mayor.


Creo que mi respuesta no le convenció, pero no insistió más. Un alivio para mí, aunque debo reconocer que su curiosidad me hizo reír.


Y es que los niños son grandes por eso, por su naturalidad y valentía en todos los aspectos. Les importa un cuerno lo que los demás piensen, están descubriendo el mundo y lo hacen a su manera. Bendita inocencia.